top of page

Me tuve que poner roja


Cómo partí y cómo me transformé en el camino del autoliderazgo…


Cuando partí emprendiendo tenía esta apreciación genuina por las cosas, pensaba que mi gran idea y sueño se podría lograr con mucho esfuerzo y dedicación, y nunca llegué a pensar en todos los obstáculos, aprendizajes y desafíos que se me pondrían por delante. 


Ahora que he vivido y sigo viviendo este camino, que considero bastante empinado, me doy cuenta que era una percepción genuina, no tenía IDEA de lo que venía.


¿Qué vino? ¿con qué me enfrenté? He aprendido muchas cosas y tengo asumido que me falta mucho aún por aprender, pero de las cosas que más me ha dejado este camino ha sido el aprender a ponerme roja cuando es necesario ¿por qué roja? se preguntarán.


Ponerse roja, “literalmente”, se podría atribuir a: “ponerse roja de vergüenza”, “ponerse roja de rabia o agresividad” o “ponerse roja por un gran esfuerzo”. Claro, así tal cual, me he visto en la necesidad de ponerme roja porque he tenido que exponerme, hacer cosas que me producen vergüenza, como por ejemplo la primera vez que grabé un video para las RRSS,  la primera vez que dicté una charla, o la primera conversación que tuve con un potencial cliente, o incluso cuando he tenido que cobrar por mis servicios. En realidad hablo de las primeras veces porque han sido las experiencias más impactantes en mi carrera, pero no porque no me siga pasando, porque claro que aún me pongo roja de vergüenza (aunque no se me note literalmente por lo pálida que soy).


Por otro lado, cuando nos ponemos rojos como un niño que se enoja y explota de esa rabia o agresividad que tenía oculta por un periodo de tiempo y que ocupa para defenderse en función de adaptarse a una situación o por necesidad. Ya no somos niños, probablemente la mayoría ya no reacciona así, al menos en el trabajo (yo esperaría), pero sí a veces es necesario ponernos rojos defendiendo una idea en la que creemos, o bien, vendiendo nuestros servicios o perfil profesional con confianza, con “agresividad”, y no me refiero a esa agresividad que tendemos a pensar como un concepto asociado a lo “brutal” o “violento” sino que a esa agresividad que nos permite lograr cosas, esa agresividad que muchas veces vemos en los vendedores, cuando logran una venta exitosa por medio de su seguridad, desplante y capacidad para convencer. 


Este tipo de “ponerse rojo”, al menos para mi, ha sido muy desafiante, ya que ha significado salir totalmente de mi zona cómoda y verme en un rol súper “posicionado”, súper “desenvuelto” y hablo con tantas comillas porque es una imagen que “deseamos” estar mostrando, cuando muchas veces pude estar mostrándome confiada, como otras veces, no, y está bien, es parte del aprender y del atreverse a hacer cosas nuevas y adquirir esas habilidades que te llevarán a cumplir tus metas, ya que si no te incomoda, entonces probablemente no estás aprendiendo nada nuevo… Por último, para qué hablar del “ponerse roja por el esfuerzo”, que es uno de los pilares fundamentales en esto de emprender o del trabajar en el autoliderazgo, ya que si no hay constancia, perseverancia y un método efectivo, difícilmente podrás avanzar hacia tus metas de manera eficiente.


Me he observado “roja” en distintos escenarios y, mirando hacia atrás, lo hubiese hecho nuevamente, porque veo todo lo que he avanzado y todo el potencial que aún me falta por recorrer. Veo que fue necesario para avanzar, para crecer como persona y profesional. Tuve que mirarme y decirme “tú puedes”, “tú puedes con esto y mucho más”. Un gran aprendizaje fue darme cuenta que yo era mi propio motor y que era capaz de darme confianza en el proceso.


Tuve que ponerme roja y salir a venderme a mí misma, salir a apostar todo por mí, porque así de segura me siento del aporte que puedo entregar, el cual he visto con mis propios ojos en otros. Cuando me cuentan de sus avances, de lo confiados que ahora se sienten, cuando logran poner límites en su entorno y cuidarse, tratarse con autocompasión, cuando se proponen metas desafiantes y luchan por cumplirlas.


¿Qué ha sido importante para ponerme roja y no sentirme derrotada en el intento?

  • Fijarme metas grandes y luego pequeñas (como les llamo en mis asesorías; Objetivos y subobjetivos) para cumplir con los hitos que necesito alcanzar para sentirme realizada y feliz con mi trabajo. Estas metas deben ser realistas y alcanzables.

  • Apoyarme en otros; pedir feedback de mi trabajo, no temerle a las PREGUNTAS. En esta área del coaching terapéutico me he dado cuenta de lo poderosas que son las preguntas, de todo lo que nos pueden entregar y de lo poco que las usamos, muchas veces por tener miedo de esa posible respuesta. Sea lo que sea, nos puede ayudar a crecer.

  • Ha sido importante también tener paciencia y asumir que llevará tiempo desarrollar mis habilidades y que nunca se deja de aprender. Convertirnos y asumir que somos aprendices eternos, nos hace tener más curiosidad y humildad ante y hacia los demás.

  • Ha sido importante tratarme con cariño, respetar y valorar mi trabajo, ya que no sacamos nada vendiendo algo (nuestro perfil) si no creemos que vale. Para esto, también he trabajado diariamente en mejorar lo que ofrezco, en capacitarme, en preocuparme de mi para luego preocuparme de otros.


Así es que los invito a ponerse rojos para cumplir sus sueños. Recuerda que siempre puedes contar con nuestro apoyo para abordar las dificultades que este proceso te pueda traer.


Ingresa a www.worktherapy.cl y entérate de todos los tipos de Coaching que he diseñado para ayudarte en este turbulento entorno laboral, para guiarte hacia tu felicidad y éxito, a tu ritmo… Síguenos en redes sociales para más tips e información de las asesorías.


¡Te invito a seguir conociendo este camino conmigo!


 

Fran Toledo

Psicóloga, Orientadora y Fundadora de Work Therapy. Experiencia en Recursos Humanos, Consultoría y Docencia. Experta en Atracción de Talento, Assessment y Desarrollo de Competencias.


18 visualizaciones

Comments


bottom of page